miércoles, 28 de noviembre de 2018

El Orden Amoroso


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El Nuevo Orden Amoroso

Los problemas sociales y morales del siglo XX y principios del XXI, están llevando a la humanidad por el sendero de una crisis colectiva. La velocidad que asiste al desarrollo industrial está dejando tras de sí un interés por aquellos principios éticos universales; de una moral del deber estamos pasando a una ética del querer, en donde la ética del amor propio ya no es concebida como una condición del amor a los demás. En las sociedades actuales este tipo de mutaciones están dando forma a lo que Lipovetsky ha dado por nombre un “nuevo orden amoroso”, donde lo que cuenta no es una clase de amor supeditado al deber y a los imperativos categóricos que regulaban este tipo de sentimientos en las sociedades tradicionales, sino el bienestar individual, en el que se hace prevalecer la felicidad light presentista, por encima de la realización de las virtudes y deberes, y donde el Bien, como ideal ético de la modernidad, ha dado paso al bienestar individual en las sociedades postmoralistas. ¿Qué es, pues, aquello que ha sido trastocado en la concepción del amor propio como amor a sí mismo y a los demás que caracterizó a la ética de la modernidad? ¿Cuáles son los rasgos del nuevo orden amoroso de la posmodernidad de que nos habla Lipovetsky? El diagnóstico que presenta este autor es el siguiente:

• En la transformación operada en la moral sexual, el sexo-pecado ha sido reemplazado por el sexo-placer. 
• La castidad y la virginidad han dejado de ser obligaciones morales.
• Las parejas homosexuales son reconocidas por la ley. 
• Ya no se considera condenable a la homosexualidad. 
• El porno se ha convertido en un espectáculo relativamente trivializado.
• La heterosexualidad adulta, ya no lleva a hombres y mujeres a ser desterrados de la colectividad. 
• En el sexo posmoralista ya no se debe vigilar-reprimir-sublimar, debe expresarse sin limitaciones ni tabúes, con la única condición de no perjudicar al otro.
• Con la disociación del sexo de la moral, el primero ha adquirido un valor intrínsecamente moral debido a su papel en el equilibrio y en el pleno desarrollo íntimo de los individuos. 
• La idea de deberes en materia de sexualidad ya sólo suscita la sonrisa, y la vida virtuosa ya no se entiende como austera disciplina de los sentidos.
• Con las nuevas técnicas de reproducción, la procreación de un hijo sin padre, la maternidad y la paternidad sin relación sexual se han hecho posible.

Respeto a la vida

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 Respeto A La Vida

En este horizonte explicativo, ¿qué significado adquiere el respeto a la vida, a la naturaleza y a la humanidad como formas de manifestación humana del amor hacia los demás? Primero vamos a abordar el respeto a la vida. ¿Por qué respetar la vida? Porque, como dice Victoria Camps: La lucha por la vida es una de las constantes de los seres vivos. Hasta el punto de que, durante siglos, se consideró el derecho a la vida como el primer artículo de una ley natural. Ningún ser vivo quiere la muerte. Esta es siempre algo que acaece, que sobreviene, no algo que los que están vivos busquen o quieran por sí mismos.130 Todos los seres concretos históricos, espaciotemporales (sean estrellas o peces, nubes o montañas) están limitados en el espacio y el tiempo. Se dice que sólo Dios es eterno e infinito, puesto que está en todo lugar y tiempo. Pero en el mundo real todo empieza y todo acaba. Todo tiene límites espacio-temporales. Aunque en el mundo real todo acaba, sólo lo que vive muere. Así, los seres humanos compartimos con todos los seres vivos, que somos, parafraseando én esto a Heidegger, seres-para la muerte. Por eso aprendemos a respetar la vida y la muerte, pues somos seres finitos, no perennes. Sin embargo, sólo al hombre le es dada esta cualidad consistente en saber apreciar el mundo del valor, en este caso, el respeto a la vida y a la muerte. La vida, como todas las formas de existencia, como realidad en sí no tiene valor, es decir, no es buena ni mala, es el hombre el que le confiere valor, de ahí las construcciones humanas del derecho y del respeto a la misma. El hombre concede valor y respeta a la vida porque él mismo forma parte de su evolución, hecho ante el cual no puede permanecer indiferente. El homus sapiens se asume como parte activa de la evolución de las especies, de las cuales, él mismo no es sino una expresión; más cualificada e inteligente si se quiere, pero perteneciente a una especie determinada, al fin.

EL respeto como Amor a los demas


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 EL RESPETO COMO FUNDAMENTO ÉTICO DEL AMOR A LOS DEMÁS 

La ética del amor propio, presupone en todo momento no sólo la relación persona-persona, sino también la relación hombre-cosa, hombre-mundo y hombre-vida en general. Se trata, en este caso, de un amplio espectro de vínculos humanizadores que el hombre es capaz de construir y, gracias a los cuales, da lugar a su segunda naturaleza, ya que todo lo que el hombre toca, entra en el reino de la cultura, su cultura. Los modos de apropiación que el hombre pone en juego en estas múltiples relaciones pueden ser de distinto tipo: cognitivo (científicofilosófico), mítico-religioso (basado en creencias en seres sobrenaturales) y práctico-utilitario (intereses instrumentales). Un cuarto modo de apropiación no contemplado de manera explícita en los tres anteriores, resulta ser el modo de apropiación ético. Este último remite a los fines y valores que orientan la acción del hombre en sus relaciones con las cosas materiales, la naturaleza, la humanidad y la vida en general. Como ejemplo de ello, podemos decir que resulta más ético no destruir una piedra que destruirla cuando es innecesario; no arrojar desechos tóxicos al mar que arrojarlos, no asesinar especies marinas en peligro de extinción que su exterminio, no cometer crímenes contra la humanidad que cometerlos, o finalmente, no atentar contra la vida que ponerla en peligro. 

¿Por que y para que de la Etica?


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¿Por que y para que de la Ética?

Recapitulando, conviene precisar el por qué de la necesidad de la ética y el para qué de su utilidad, en las circunstancias actuales. ¿Es importante la ética? ¿Por qué?

• Porque somos seres racionales: no nos gobierna el instinto ni la pura sensibilidad. 
• Porque somos libres y queremos escoger el bien.
• Porque el hombre hace honor a su condición de sujeto sujetando sus actos, llevando las riendas de su conducta, conduciéndose.
• Porque somos responsables de nuestros propios actos y decisiones. 
• Porque estamos compuestos de inteligencia y libertad. 
• Porque necesitamos vivir en sociedad.
• Porque queremos alcanzar el fin, la perfección de nuestra propia naturaleza.
• Porque somos seres humanos.
• Porque somos personas. 
• Porque queremos ser felices y el mal nos deshumaniza.

¿Para qué es importante la ética? 

• Para vivir como lo que somos: personas.
• Para hacer un mundo justo y habitable.
• Para procurar el bien común. 
• Para vivir en sociedad y en paz. 
• Para respetar a los demás y ser respetados. 
• Para ser felices

Etica En El Siglo XXI

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Ante la crisis profunda que manifiestan las sociedades actuales, tanto a nivel global como cotidiano, y como consecuencia de la crisis misma de los valores de la modernidad, y más concretamente, de la cultura occidental, se requiere de un cambio profundo como respuesta a este estado de descomposición social y moral. En este sentido, la ética se convierte en un saber y en una reflexión imprescindible como condición de supervivencia de la humanidad sobre la tierra. Hoy más que nunca se hace necesario un talante ético sobre el comportamiento moral del hombre, es decir, una reflexión acerca de las normas y valores que han de guiar nuestras acciones en el presente y futuro inmediato. Necesitamos de la reflexión ética, porque requerimos recuperar el sentido ético de la existencia humana. Para que ello sea posible nos urge la creación de una “ética planetaria”, “macroética” y/o “ética inteligente”, capaz de establecer para toda la humanidad y para la sociedad e individuos en particular, los siguientes mínimos:
• Un mínimo de valores, normas y actitudes comunes. Se hace necesario un consenso mínimo sobre determinados valores, normas y actitudes, que haga posible una convivencia humana digna.
• Vínculos libres. Tanto en el ámbito individual como social, en la vida humana se hacen hoy más que nunca decisivos vínculos libremente elegidos con respecto a orientaciones, valores, normas y actitudes vitales entre los hombres y mujeres de todo el mundo. 
• Una ética de la responsabilidad. Requerimos para sobrevivir como especie humana, una ética de la responsabilidad individual y social. Responsabilidad de la comunidad mundial con respecto a su propio futuro. Responsabilidad para el ámbito común y el medio ambiente, pero también con el mundo futuro.

La Etica no es un saber neutral

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La ética no puede ser un saber neutral, es decir, un saber desinteresado frente al mundo, que al mismo tiempo que orienta la vida, no se encuentre comprometido con ciertos valores y fines de la acción humana. Ahora bien, esto no significa que como saber, la ética se identifique irreflexiva y acríticamente con el contenido de un código moral específico, esto es, con un conjunto de normas y leyes morales que se trasmiten a las nuevas generaciones, ya sea en forma oral, por las costumbres, o en ocasiones, en forma escrita y sistemática, y que deban ser cumplidas por los miembros de un grupo social determinado para vivir mejor; como ejemplos de ello tenemos: el Código de Manú, escrito por los sumerios, los Diez mandamientos o la Tabla de Moisés, formulados por el pueblo judío, el Código de Hammurabi, elaborado por el pueblo babilonio, o en la actualidad, el código más importante con que cuenta gran parte de la humanidad: la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, formulada por la ONU en 1948. La ética no puede ser neutral ante los distintos códigos morales que han existido o habrán de existir.

Etica Existencialista


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Los existencialistas constituyen un movimiento surgido hacia 1925 en Alemania y en Francia, que centra sus preocupaciones éticas en las condiciones sociales contemporáneas y en los problemas de la libertad y de la responsabilidad moral. Al igual que Kant defendía una moral autónoma; la ética existencialista también defiende la autonomía moral. Pero, mientras Kant creía posible encontrar criterios morales de valor objetivo y universal, es decir, válidos para todas las personas, los existencialistas se ven abocados al individualismo y al subjetivismo. Para el movimiento existencialista, el ser humano es, radicalmente, libertad (es decir, la libertad es la característica propia y esencial del ser humano); y esta libertad hace a cada persona diferente de todas las demás; por tanto, no pueden existir valores ni normas morales universales válidas para todos y, consecuentemente, nadie puede decirnos lo que debemos hacer, cómo debemos comportarnos; los consejos son inútiles y cada cual, quiera o no quiera, tiene que decidir él solo sus obligaciones morales (somos libres a la fuerza). Ahora bien, si la libertad radical de cada persona es la única fuente y el único fundamento de todas sus decisiones, de todos sus valores y de todas sus obligaciones, entonces la propia libertad constituye el supremo valor de la vida humana o, lo que es lo mismo, no existe ningún valor superior a la propia libertad, lo importante es decidir libremente.